Como se sabe un blog requiere de tiempo y dedicación, es una actividad "extra" a la universidad, la chamba e incluso la diversión (reduciéndonos a juerga, reus o "saliditas"), es por eso que debemos de disculparnos por haber dejado el blog abandonado tantas veces por innumerables razones (universidad, chamba, muerte de la laptop de Claudia C., y bueno floreja pues, valga la sinceridad).
No obstante, acá estamos de regreso, tal vez con un tema un poco delicado, pero sin embargo de nuestro total interés y nos gustaría compartirlo con ustedes, pues a veces es bueno tomar consciencia sobre ciertas cosas que suceden a nuestro alrededor y dejar de ser ajenos a eso.
No sé si han escuchado hablar antes de la
RCPI (Red Contra la Pornografía Infantil), dirigida y por Dimitri Senmache, es una asociación civil sin fines de lucro que lucha contra los abusos cometidos contra menores, como lo es la explotación sexual infantil, el tráfico de menores, entre otras, que son ejecutadas principalmente usando como medio el Internet y otras TIC. Todos los integrantes de la asociación brindan su apoyo de forma voluntaria, pues carecen de presupuesto; lo cual me parece lamentable, siendo una asociación fundada pensando en los niños victimas de ese mercado de explotación sexual que ha crecido enormemente con el uso del Internet y las Redes Sociales.
Actualmente, los niños forman parte de una comunidad digital, se les llama nativos digitales, lo cual significa que nacen con una mano en el teclado, manejan el Internet a la par que aprenden a sumar y a restar, muchas veces incursionando (llevador por la curiosidad habitual de cualquier niño) en este mundo virtual sin ninguna clase de orientación ni de prevención sobre lo que pueden encontrar en ese caos informativo. En este sentido, una de las tareas de la Red es la Prevención, dando charlas en escuelas, tanto a niños como a profesores y padres, para que estén al corriente de los peligros que también pueden encontrarse en el Internet y otras Tecnologías de la Información y Comunicación; ésta iniciativa permite que los niños sepan cuál es la realidad y a qué se encuentran expuestos para que así tomen consciencia en sus pequeñas cabecitas y sepan qué es bueno o qué es malo, de la misma forma mantiene atentos a padres y profesores en la tarea de orientar a los menores en el uso de estos medios. Incluso, lo mejor sería que toda la sociedad esté informada y ponga un granito de arena para evitar que casos como el de
Madeleine McCann vuelva a repetirse.
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